En mi propuesta de autorretrato, más que a dar una imagen de mí mismo, me propongo a redescubrir características de mi persona en mi creatividad pasada, extirpándola del pasado hacia el presente y combinando ambos tiempos en un abrazo reconciliador un tanto buscado. A través del material audiovisual hallado en mis archivos más antiguos, principios de edición de video y efectos especiales que servirían como mecha para el resto de mi vida, así como también una serie de textos y cuentos escritos a mi corta edad, me propongo intentar capturar esa esencia etérea que es la inocencia infantil y reconciliarla con mi yo actual. Leyendo los cuentos de fondo, escenas visuales pasadas y presentes se desarrollan de fondo. Algunas están muy conectadas entre sí, tal vez simbolizando una conexión profunda de mis dos yo, tal vez sugiriendo una comparación interna inexorable. En esta vorágine ambos compiten por salir en la pantalla y llamar la atención, pero los elementos son distintos, y las formas de lidiar también. Un yo reacciona en base al otro y al texto y al todo. El otro reacciona, pero no piensa, no existe en presente, excepto en su imagen. Mientras mi yo presente descubre que no es presente, que ya fue grabado, mi autorretrato toma forma.